La música bálsamo del alma


Como expresión del espíritu y lenguaje universal, la música ha estado siempre ligada a la vida del hombre como forma de creación y de expresión de sus sentimientos e inteligencia. Así, las manifestaciones tradicionales de los pueblos y características de cada país han hecho que esta evolucione, convirtiéndose en una de las expresiones artísticas más aceptadas universalmente. Existen diferentes definiciones acerca de la música surgidas de diferentes culturas. Quizás la mejor se debe al compositor francés Claude Debussy, quien sostenía: “La música es un total de fuerzas dispersas expresadas en un proceso sonoro que incluye el instrumento, el instrumentista, el creador, su obra, un medio propagador y un sistema receptor". Veamos otras definiciones: “Es un arte que combina los sonidos conforme a los principios de la melodía, la armonía y el ritmo”; “Es la combinación de sonidos agradables al oído o el arte de combinar los sonidos de instrumentos o de la voz humana”; “Es el arte de combinar los sonidos y los silencios, a lo largo de un tiempo, produciendo una secuencia sonora que transmite sensaciones agradables al oído”, etc. El origen etimológico de la palabra música proviene de la palabra musa, que en el idioma griego antiguo aludía un grupo de personajes míticos femeninos que inspiraban a los artistas. Como arte abstracto, misterioso y personal, la música es diferente a la pintura, la escultura y la poesía, puesto que cada música se desarrolla en un tiempo específico, provocando emociones y sentimientos diversos (alegría, tristeza o melancolía), dependiendo del estado de ánimo del oyente. Y, según el tipo, actúa positiva o negativamente sobre la bioquímica de nuestro organismo. ¿Cuántos de nosotros, al sentirnos extenuados no nos hemos sentado cerrando los ojos, respirando profundo, a fin de descansar y liberar el estrés, escuchando una melodía relajante? Pues, ese es el resultado de un método terapéutico de la medicina moderna, probado y documentado con evidencia científica que ha determinado que sus efectos terapéuticos en la psiquis influyen en niveles biológicos, fisiológicos, psicológicos, intelectual, social y espiritual, ayudando en el tratamiento de perturbaciones físicas, mentales y emocionales. De esta forma se emplea una terapia denominada músico-terapia que estudia e investiga la relación del ser humano con el sonido, la música, el ritmo, Etc., en búsqueda de salud física y mental, comprobando que en lo fisiológico, determinados tipos de música aceleran o retardan el ritmo cerebral, circulación, respiración, digestión y metabolismo; afectando también aspectos psicomotrices. De este modo, los chinos han compuesto música para el estreñimiento, el insomnio, el hígado y el corazón, a la vez que prescriben música clásica y romántica para patologías como la cefalea y la migraña. Asimismo, en monasterios de Inglaterra los monjes han descubierto que oyendo música de Mozart, las vacas producen más leche. Como fuente inspiradora, la música traslada a mundos diferentes y a regiones fantásticas, actuando como sedante o estimulante. En la sala de espera del médico o del odontólogo, la instrumental suave produce efectos tranquilizantes; en fábricas y oficinas, la ambiental aumenta el rendimiento de los trabajadores; la heavy-metal aumenta los instintos agresivos y la denominada música disco aumenta los jugos gástricos por la excitación nerviosa producida. En fin, sin duda alguna la música es el bálsamo del alma.

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