Películas malditas - Primera parte

En los anales de la historia de la meca del cine, Hollywood, son muchas las películas que han sido consideradas como producciones cinematográficas malditas, ya que el sólo hecho de haberlas realizado, llevó implícito muertes, accidentes, enfermedades o tragedias de actores, productores o técnicos que tomaron parte en ellas. Según los estudiosos de lo inexplicable, se trataría de un Hollywood siniestro y oscuro en lo que lo paranormal se impone, por lo que las explicaciones racionales son difíciles de encontrar. De allí que desde hace muchos años existen películas que no pueden escapar de esa fama trágica de filmes marcados por la fatalidad, eternos en la memoria de los espectadores por su relación con la muerte y lo insólito y porque incluso antes de haberse visto en la pantallas, muchos actores enfermaron gravemente, tuvieron trágicos accidentes, murieron de repente o fallecieron envueltos en acontecimientos violentos. ¿Acaso se trata de guiones malditos que se salen de la ficción para acabar con la vida real de quienes los interpretaron? Sea lo que fuere, se trata de un cine plagado de misterio, traducido en películas malditas de todos los tiempos. ¿O podría ser que el sólo hecho de realizar películas referidas a elementos sobrenaturales o esotéricos pudiera desencadenar la mala suerte o la ira de Satanás? En todo caso, muchas de esas películas parecieron producirse bajo una cadena de fatalidades que, según los trágicos acontecimientos y muertes, tienen que ver con el mas allá, convirtiéndolas, de hecho, en filmes condenados. Hemos de aclarar que no nos estamos refiriendo a películas que fueron fracasos de taquilla sino de haber sido atrapadas en una espiral de maldiciones que provocaron  repentinamente dolores que impidieron trabajar a sus protagonistas o intérpretes, accidentes en algunos de los integrantes del equipo técnico, incendio de decorados, bobinas que desaparecían y hasta familiares de actores que sufrieron aparatosos accidentes o que murieron inexplicablemente. De esta forma, signadas por la tragedia, muchas películas marcadas por la fatalidad han quedado grabadas en la memoria de los espectadores por su estrecha relación con lo insólito, ya que a muchas de ellas se les atribuyen muertes, accidentes, enfermedades graves, epidemias y hasta suicidios. 
La lista de películas malditas es larga, debido a la serie de acontecimientos ocurridos antes, durante o después de sus respectivos rodajes. No obstante, en esta columna nos referiremos sólo a algunas de ellas y, dentro de este recuento, comenzaremos con Rebelde sin causa (1955),  el filme que lanzó al estrellato a James Dean y cuyos tres principales actores (incluyendo a Dean), murieron trágicamente. James no llegó a ver la cinta pues  murió en un terrible accidente automovilístico al chocar su auto contra otro vehículo. Natalie Wood famosa actriz de la época, falleció tiempo después en circunstancias muy extrañas: su cuerpo apareció ahogado en aguas del Pacífico y aunque la versión oficial sostuvo que se resbaló accidentalmente y cayó de su yate, todavía se mantiene la polémica sobre su muerte, pues se cree que fue causada por una disputa con su marido el famoso actor Robert Wagner. Sal Mineo, otro de los protagonistas del film y un sex symbol de la época, murió tempranamente a la edad de 37 años, acuchillado por un repartidor de pizzas que padecía un desorden mental. Lo curioso de su muerte es que coincidió con los papeles que solía hacer de un joven marcado por un final trágico. En 1975 alguien lo encontró muerto a puñaladas en medio de la calle.
Vale destacar que luego del accidente donde perdió la vida James Dean, dada su gran fama, un comerciante de autos usados compró el auto destrozado con la intención de montar una exhibición a fin de apoyar las campañas de prudencia al volante, mostrándolo posteriormente al público, por lo cual cobraba 25 dólares por persona, pero pasado algún tiempo el interés de la gente decayó, por lo que decidió venderlo por partes. Cuando el auto era trasladado a un garaje, se soltó de los amarres del camión y le partió las piernas al conductor. Tiempo después, el motor fue vendido a un hombre que lo instaló en su auto deportivo y cuando se disponía a efectuar su primer paseo, se estrelló contra otro vehículo, muriendo en dicho accidente. Posteriormente, un médico compró la transmisión para adaptársela a su vehículo y también sufrió un accidente en el que resultó herido de gravedad.  Ante la serie de trágicos hechos comenzó a rumorarse que el carro de Dean tenía una maldición encima y los rumores aumentaron cuando un vecino de Nueva York compró dos de las llantas, las cuales se reventaron a los pocos días en forma misteriosa, lo que bastó para que las otras partes de aquel potente y lujoso Porsche Spyder fueran botadas en un cementerio de vehículos. De esta forma terminó la trágica historia del carro del famoso actor.  La maldición de la película alcanzó también a Edward Platt, quien desempeñó el papel de Ray Fremick. Platt murió repentinamente. Aunque al principio se dijo que había sido debido a un ataque al corazón, su hijo declaró que el actor se quitó la vida  luego que terminó la filmación de dicho largometraje. Nick Adams, quien hizo el papel de Chick en la película, también tuvo un trágico final. Su agente lo encontró muerto en su domicilio. Las autoridades no pudieron determinar si se trató de un homicidio o un suicidio, ya que su autopsia reveló que había tomado estupefacientes. En esos mismos días, el director de la película, Nicholas Ray, se sintió muy afectado por la muerte de Dean, gran amigo y persona con la que tenía mucho en común. A raíz de la muerte de Dean, toda la gloria que había alcanzado a raíz del éxito de Rebelde sin causa, fue desvaneciéndose. Y es que después de dirigir esa película Ray no levantó cabeza. Durante el rodaje de 55 días en Pekín sufrió una dolencia cardiaca; cayó en el alcoholismo y en la ludopatía; se convirtió en un adicto a las anfetaminas y  su mujer le pidió el divorcio, pues se había unido sentimentalmente con el hijo del director e hijastro de ella, lo que representó para él una verdadera tragedia. Después le diagnosticaron un cáncer que le mató tras una penosa agonía de dos años. Murió en 1979. 
 Otra de las películas considerada como maldita es El Conquistador de Mongolia (1956), una suerte de biografía de Genghis Kahn, fundador del imperio más grande de la historia, esta se realizó en el desierto de Utah, estado de Arizona, Estados Unidos, a unos 50 grados bajo el Sol. En el proceso de filmación de esta película todo comenzó mal ya uno de sus protagonistas, Pedro Armendáriz se cayó del caballo y le tuvieron que tomar 25 puntos de sutura. Poco después, una pantera casi muerde a la protagonista Susan Hayward. La película fue un fracaso de taquilla pero se hizo famosa debido a que quienes participaron en su rodaje quedaron atrapados en la tragedia. De los  220 integrantes de la película, 91 desarrollaron algún tipo de cáncer y a mediados de 1981, 46 de los enfermos ya habían muerto. El primero en morir de cáncer fue el director, Dick Powell en el 63. Ese mismo año Pedro Armendáriz (uno de los protagonistas) se suicidó al enterarse que tenía un cáncer linfático terminal. Los siguientes en morir fueron Susan Hayward, Agnes Moorehead y John Wayne en los 70, también de cáncer. Los hijos de algunos actores (entre ellos los hijos de John Wayne y Susan Hayworth) que acompañaron a sus padres al rodaje, años después contrajeron cáncer también. Se dice que el origen de la maldición tuvo que ver con las locaciones utilizadas, ya que  la película se filmó junto a unas instalaciones militares donde se experimentaba con bombas nucleares. Sin embargo, la relación entre las pruebas militares y los casos de cáncer nunca fue demostrada. Se estima que éste pueda ser el film que más muertes ha supuesto. En esa época, el diario francés Le Point informó que de 220 artistas y técnicos que tomaron parte en el rodaje, 91 tenían cáncer y 46 habían fallecido debido a esa terrible enfermedad. ¿Un caso de maldición con base real? Parece que fue así, puesto que buscando un paisaje que se pareciese lo más posible a Mongolia, donde se ambientaba la historia, el director y productor Howard Hughes decidió que el rodaje se llevase a cabo en una remota zona del desierto de Utah, donde el ejército norteamericano había llevado a cabo pruebas nucleares, algo que la gente de Hollywood desconocía; de modo que muy probablemente fue la radiactividad la que acabó llevando a la tumba a tanta gente.
La semilla del Diablo (El bebé de Rosemary) 1968Este clásico del terror, dirigido y producido por Roman Polanski, protagonizado por Mia Farrow, aterrorizó a varias generaciones con una pesada trama de asesinatos y culto al señor de las tinieblas, mediante una mujer que da a luz al hijo del diablo y todo un complot circundante que permite al niño cumplir el terrorífico plan de dominación. El bebé de Rosemary – como también se conoce a esta película - cuenta la historia de una mujer embarazada acosada por una secta diabólica de la que forma parte su propio esposo. En el caso de este film llaman la atención aspectos extraños como el del actor Anton La Vey, quien participó en la película  representando a un sacerdote oscuro luego fundó una organización conocida como la Secta de adoradores de Satán. Por otro lado, varias escenas de este filme fueron llevadas a cabo en el edificio Dakota, en New York, considerado como un edificio maldito, el cual fue lugar de residencia del actor Boris Karloff, de quien se decía que practicaba las ciencias ocultas y  adoraba al demonio. Vale recordar que frente a las puertas de ese mismo edificio fue asesinado por un fanático el cantante John Lennon, ex integrante de The Beatle. En esa ocasión, tras ser arrestado por la policía, su asesino confesó haber recibido órdenes del Diablo para matar a Lennon. Insólitamente, la tragedia que describe el guión de esta película luego enlutaría la vida de su director, puesto que después de haber sido estrenada, la maldición llegó en forma de inusitada crueldad a la residencia de Roman Polanski, situada en el número 10.050 de Cielo Drive, en Beverly Hills, Los Ángeles, donde su esposa, la bella actriz Sharon Tate, embarazada (igual que el personaje de la película), ofrecía un agasajo a un pequeño un grupo de amigos. Polansky no estaba presente ya que se hallaba trabajando en Londres. Ese día, 9 de agosto de 1969, exactamente en la madrugada, cuatro miembros de la secta satánica de Charles Manson (un desequilibrado y drogadicto que decía ser una fusión de Dios y el diablo) irrumpieron en la casa armados de cuchillos, pistolas y un rifle y mataron a todos, salvajemente, a cuchilladas y a balazos.
A Sharon Tate, quien tenía ocho meses de embarazo, le asestaron 16 puñaladas y luego, con su sangre escribieron en la pared la palabra Pigs (cerdos). Aquello fue una carnicería con cuerpos descuartizados por todas partes. Las víctimas presentaban múltiples heridas de armas blancas. Fue tan brutal y dantesco el despiadado ataque que Voytek Frykowski recibió más de 50 puñaladas. La masacre fue terrible: las paredes del domicilio quedaron salpicadas de sangre, restos humanos se encontraron en diversas partes y con la sangre de sus víctimas, los asesinos escribieron mensajes obscenos en las paredes. Manson, adorador del diablo, fue posteriormente detenido y condenado a cadena perpetua junto con su banda de locos asesinos-satánicos y drogadictos Susan Atkins, Patricia Krenwinkel y Leslie Van Houtten. Aquella orgía de sangre jamás podrá olvidarse. La lujosa mansión  donde ocurrieron los despiadados crímenes fue derribada en 1994, debido a que nadie quería vivir en ella. En ese crimen múltiple que conmovió a la opinión pública mundial llaman la atención varios detalles relacionados con el rey de las tinieblas: Sharon y su marido habían participado en dos películas sobre el diablo. Sharon protagonizó El ojo del diablo, interpretando a una campesina con poderes maléficos y Polanski dirigió también La semilla del diablo. En el transcurso del estreno de esta última, el director declaró a la policía que había recibido varias cartas amenazantes, que según sus respectivos contenidos le dieron a entender que el asesinato de su mujer fue el resultado de algún tipo de maldición. Posteriormente, en uno de los interrogatorios a los cuales sometieron a los asesinos, estos afirmaron que mataron a su mujer y a las demás personas porque el diablo se los había ordenado. En la actualidad, Charles Manson tiene 75 años de edad y, junto a los otros asesinos de su secta satánica, cumple una sentencia de cadena perpetua por haber matado a siete  personas en 1969.
El Exorcista (1973). El horror que refleja esta película trascendió a la vida real, pues su filmación estuvo llena de accidentes fatales: un escenario se incendió y murieron 9 personas, entre ellas, los actores Jack McGowran y Vasiliki Maliaron.  Cuando William Peter Blatty escribió El exorcista nunca pensó que su obra se convertiría años después en uno de los clásicos del género del terror, que cercano a cumplir 40 años de haberse filmado, todavía causa pánico en quienes se atreven a verla. Esta película está basada en una historia sucedida en un suburbio de Washington y trata sobre la posesión demoníaca de un adolescente de catorce años. La versión que William Friedkin rodara en 1973 con Ellen Burstyn (como Chris McNeill), Max Von Sydow (como el padre Merrin), Jason Miller (como el padre Damien Karras), Lee J. Cobb (como el inspector Kinderman) y Linda Blair (como Regan McNeill) en los papeles principales, trata acerca de  una adolescente que vive con su madre y comienza a sufrir extraños cambios en su comportamiento que provocan el terror de la madre porque su niña se convierte en un monstruo satánico. Los médicos no ven nada raro en ella pero la pequeña cada vez se torna peor. Su madre decide recurrir a un cura para que le ayude y las dudas del padre Karras se volatilizan cuando comprueba que alrededor de la pequeña hay un ambiente satánico, los muebles se mueven solos y la niña presenta heridas en su cuerpo que se realizan a la vista de los presentes sin que haya una mano visible que las provoque. Según los propios actores y parte del equipo técnico, “sucedieron muchas cosas extrañas durante la filmación que nos mantuvieron en vilo continuamente. Era tan cargado de tensiones el ambiente que después de cada día de trabajo la mayoría de nosotros acudíamos a la iglesia a buscar ayuda espiritual, asustados por algunos hechos misteriosos que sucedían en el sitio del rodaje”.  Detrás de la película existió un misterio que se guardó celosamente a fin de no ser revelado, puesto que se creía que involucraba a las personas relacionadas con la filmación.
Cuando se empezó a rodar algunos advirtieron que se trataba de una obra satánica. Según la actriz Ellen Burstyn, “durante el rodaje ocurrieron una serie de hechos inexplicables: algunos técnicos sufrieron accidentes que estuvieron a punto de ser mortales ya que uno de los sets se incendió inexplicablemente y los productores tuvieron que retrasar el rodaje durante seis semanas. Hubo incluso rollos de película que se velaban sin causa aparente, fallecían personas allegadas a los integrantes de la película y el equipo estaba cada vez más histérico. Se decía que alguien trataba de sabotear la película”. ¿Sería el mismo Demonio? Viendo el estado de nervios en que se encontraba su equipo,  Friedkin, decidió a llamar al reverendo William O’Malley, para que bendijera a los integrantes del elenco cada día antes de empezar a filmar. Jack McGowran, quien interpretó el personaje de Burke Dennings, murió días después de que se filmara su muerte en la película. Entonces se comenzó a  pensar que el filme tenía una maldición, pues antes de su estreno y pocos años después, fallecieron nueve personas relacionadas con la producción. Vasiliki Maliaros, quien hizo el papel de madre del Padre Karras, falleció el 9 de febrero de 1973 en Nueva York.
Durante la filmación de la película, la actriz Ellen Burstyn sufrió una lesión espinal permanente. Sucedió que en la escena donde su hija poseída la lanzaba lejos contra el suelo, el arnés que la tenía sujeta, tras varios intentos, le dio un tirón más fuerte de lo previsto y se cayó con violencia sobre sus coxis. También, Linda Blair se lesionó la espalda cuando era lanzada contra la cama. Durante los descansos se escuchaban voces extrañas  que parecían venir de la parte posterior del set, pero era imposible que allí hubiese alguien porque lo dividía una pared de casi cinco metros de altura. En el  incendio que dañó gran parte del set de filmación perdieron la vida cuatro trabajadores  y las otras personas que trabajan allí solicitaron que un sacerdote acudiera a bendecir el lugar de trabajo para ellos poder continuar con sus labores. El director murió de un ataque al corazón. Según entrevistas que les fueron realizadas después de haberse estrenado la película los protagonistas y demás trabajadores del film declararon que su vida había cambiado para siempre. Otro extraño hecho: tras terminar la filmación, su director llevó la producción al 666 de la 5ª Avenida, “porque así lo había prometido”. ¿Prometido a quién? ¿Acaso al demonio?  Otro hecho que le pone los pelos de punta  a cualquiera es que tras la premiere de la versión teatral de la misma obra en el Theatre Comedy de Londres, la protagonista, Mary Ure, falleció en extrañas circunstancias en su habitación. La película causaba tanto terror en los espectadores que la empresa productora se vio obligada a colocar ambulancias en las puertas de los cines en varias ciudades de los Estados Unidos, porque había quien no resistía el terror y algunas personas sufrían terribles ataques de nervios, e incluso se cuenta que una mujer sufrió un aborto debido al terror que sintió. Por esas circunstancias durante unos años estuvo prohibida su proyección en Gran Bretaña, Suecia y Finlandia. No se puede jugar con el diablo, sin sufrir algún tipo de consecuencias. La muerte de nueve personas relacionadas con la película durante el año que duró la filmación, parece demostrar que los temores de casi todos sus integrantes no eran infundados. Para los incrédulos es muy fácil tratar de interpretar estos hechos como parte de una maniobra publicitaria, pero no es nada común que se produzcan tantas muertes durante la filmación de una película. Por si fuera poco, El Exorcista le costó prácticamente su carrera cinematográfica a Linda Blair, ya que luego de realizar ese filme fue considerada como una persona con una pesada imagen satánica que no pudo quitarse nunca de encima, al extremo que posteriormente a su éxito en El Exorcista fue muy pocas veces contratada para realizar otras producciones.
C o n t i n u a r á

Películas malditas - Parte final

Superman. Llevada al cine en varias ocasiones y en distintas fechas, es sin duda uno de los íconos del cine maldito. Bud Collyer fue el primer actor en dar vida al personaje. Lo hizo sólo con su voz en los dibujos animados que se realizaron en los años 40 y volvió a hacerlo en otra serie sobre el personaje en los años 60. Tres años más tarde murió por “leves problemas circulatorios”. La historia puede parecer tal vez una advertencia de lo que habría de ocurrir después con el siguiente actor en dar vida al hombre de acero. Kirk Alyn, quien fuera el primero en interpretarlo en 1948 en dos seriales, posteriormente padeció el olvido más cruel por parte de los productores. No obstante, en la película de 1978 hizo el papel del padre de una pequeña Lois Lane en una escena que fue cortada del metraje original. En la década de los 50, el actor George Reeves quien interpretó al superhéroe en la serie de TV, apareció muerto de un disparo en la cabeza; oficialmente fue considerado suicidio, pero según otros, el hecho ocurrió jugando borracho a la ruleta rusa y también hay quien dice que fue víctima de un delirium tremens causado por su alcoholismo el que le llevó a creerse inmortal como su personaje.  
El segundo en interpretarlo, Christopher Reeve, tras saborear el éxito de la saga cinematográfica sufrió un terrible accidente montado en un caballo que lo dejó inmóvil (tetrapléjico), paralizado de las cuatro extremidades por cerca de diez años, del cual nunca se pudo recuperar, muriendo el 10 de octubre de 2004 debido a una falla cardíaca; dos años después fallecía su esposa de cáncer al pulmón. Por su parte, Margot Kidder, que interpretó a Lois Lane, sufrió graves desórdenes psicológicos, que provocaron incluso que fuera recluida en un sanatorio para enfermos mentales. Richard Pryor, quien intervino en Superman III fue víctima de una esclerosis múltiple y murió el 10 de diciembre de 2005. El último afectado del elenco fílmico fue Marlon Brando, que si bien tuvo la suerte de una gran carrera en Hollywood su vida privada estuvo plagada de tragedias y muertes. Su hijo Christian asesinó a Dag Drollet, el novio de su hermana, por lo que fue condenado a 10 años de prisión. En 1995 su hija, Cheyenne, se suicidó. Ya entrados los noventas la pareja protagonista de Lois y Clark, Las nuevas aventuras de Superman, también sufrió a causa de la maldición: el actor Dean Cain fue condenado al olvido y Teri Hatcher padeció de anorexia temporal. 
La Profecía (1976).  Al equipo de esta película le pasó de todo.  El hecho más significativo de la película fue que John Richardson, encargado de los efectos especiales, sufrió un accidente automovilístico un viernes 13 (poco después del rodaje de la película), en el que murió su acompañante. Lo más curioso es que el accidente tuvo lugar en el kilómetro 66’6. Son muchas las casualidades terribles en torno a esta película. Gregory Peck (Robert Thorn), iba en un vuelo directo a Los Ángeles cuando su avión fue alcanzado por un rayo. Un día todo el equipo se dirigía hacia la estación de metro de Green Park, cuando estalló una bomba en un atentado del IRA. La mayoría de los integrantes del equipo fallecería después en un avión. Gregory Peck, el protagonista, y Richard Donner, el director, tomaron aviones distintos para llegar al Reino Unido y a cada una de las dos naves les impactó un relámpago. Durante el proceso de filmación un grupo terrorista asolaba Londres y Peck se salvó de milagro de morir en uno de esos ataques, pues su restaurante favorito fue objeto del estallido de un bomba horas después de que el actor cancelara su reservación para cenar. El especialista de efectos especiales, John Richardson, fue quien coordinó la escena de la decapitación en la película. Durante la post-producción del filme, su novia fue decapitada en un terrible accidente. Vale comentar que la trama de esta película se metía mucho con el hijo del diablo. Otro hecho que llama la atención es que un avión que iba a ser usado en el rodaje en 1976 se estrelló y todos sus ocupantes murieron. Durante el rodaje Gregory Peck sufrió la muerte de su hijo. 
El juego de la muerte (1978). Protagonizada por Bruce Lee, quedó registrada como una temible profecía que iría a cumplirse años después de su muerte. En ella, Lee hacía el papel de un actor famoso que sufría la persecución de una organización mafiosa y por tanto decide fingir su propia muerte. Fatalmente, muere antes de terminar la película, en circunstancias que dieron lugar a numerosas especulaciones. Una de ellas aseguraba que fue asesinado por las Triadas de Hong Kong: mafias chinas que se confabularon para acabar con su vida por no colaborar con ellas ni ceder a sus chantajes. Otra tesis plantea que fue envenenado por Los Maestros de las Artes Marciales, como venganza por haber revelado sus secretos. Bruce sigue siendo el ícono de las artes marciales. Mientras filmaba El juego de la muerte sufrió un fuerte dolor de cabeza por lo que una amiga le dio un analgésico. Bruce se tendió sobre la cama y nunca más despertó. La cinta fue terminada de rodar con imágenes de archivo y algunos dobles. Más tarde, su hijo Brandon corrió la misma suerte, en el mismo set de grabación. El Cuervo (1994).  Años más tarde, el director Robert Clouse decide terminar el film utilizando dos dobles de Bruce y algunas escenas de archivo. En 1994, Brandon Lee, hijo de Bruce, actor y practicante de las artes marciales, estando filmando El Cuervo, es herido de muerte durante un accidente de filmación. El círculo termina de cerrarse. La muerte de ficción ideada por Bruce Lee se vuelve real años más tarde en el cuerpo de su propio hijo. 
La trilogía Poltergeist (1982, 1986 y 1988).  Esta trilogía de fenómenos paranormales, repleta de efectos especiales, se llevó - entre otros - la vida de dos de sus actrices principales, las cuales descansan, una cerca de la otra, en el cementerio de Westwood, en Los Ángeles. En el primero de los films, la actriz Dominique Dunne interpreta a la hija mayor del matrimonio quien, junto a su hermano, es acosada por una horda de entes que se comunican a través del televisor. Luego del éxito de la película, Dunne trabajó en varios proyectos, con una perspectiva laboral brillante. Pero todo quedó en la nada, la noche que su ex novio, quien la maltrataba físicamente, se presentó en su casa y luego de una discusión y un posterior arranque de ira, la arrastró hasta la calle y la estranguló. Dunne permaneció cinco días con una parálisis cerebral (muerte cerebral) en un hospital, hasta que se decidió su desconexión. La saga continuó con su secuela en 1986 y con ella, la muerte del actor Julian Beck, de cáncer de estómago, que no llegó a filmar una sola escena. Llegado a este punto y sabiendo que varios de los esqueletos utilizados en algunas escenas eran reales, el equipo de filmación solicitó un exorcismo del set, el cual fue realizado. Para la tercera parte, rodada en un gigantesco edificio, las calamidades continuaron. Primeramente, la actriz Zelda Rubinstein (que hacía el papel de la médium), tuvo que abandonar el set debido a la inesperada muerte de su madre. En segundo término, seis años más tarde y a poco de finalizar el rodaje de Poltergeist III, Heather O’Rourke la pequeña protagonista de 12 años de edad, se levantó un día con un fuerte dolor en el pecho y poco después falleció en un hospital, con un diagnostico fatal: estenosis intestinal. Por dicho motivo, la película fue terminada con una doble.  La mala fortuna también causó desapariciones como la de Will Sampson, convocado para interpretar a un chamán con poderes curativos en Poltergeist II. Al terminar el rodaje fue diagnosticado con un cáncer que lo llevó a la tumba. Otro actor, Julián Beck, quien en la segunda parte encarnaba a un sacerdote malvado, al terminar el rodaje fue hospitalizado en una clínica de Los Ángeles y en 1985 murió de cáncer de estómago. 
Batman, el caballero de la noche (2008). ¿Acaso se trata de la película maldita más reciente? Desde que se terminó de rodar, episodios trágicos acosaron a tres de sus personajes. Primero, la muerte del actor australiano Heath Ledger, quien hizo el papel de El Guasón, apareció muerto en enero de 2008 en su habitación, tras haber ingerido una sobredosis de somníferos y ansiolíticos. Tiempo después, el británico Christian Bale fue arrestado por haber atacado a su madre y hermana en Londres. Finalmente, Morgan Freeman, sufrió un accidente automovilístico y, poco después de ser dado de alta, se divorció de su mujer.  En este recuento hemos hecho alusión sólo a algunas de las tantas películas malditas de Hollywood. Ahora queda que cada uno de nuestros lectores saque sus propias conclusiones sobre las misteriosas maldiciones que han propiciado que muchas de esas películas hoy se recuerden como producciones estrechamente ligadas a tragedias, accidentes, enfermedades o muertes.