¿Podemos comunicarnos mentalmente?

¿Quién no ha sentido alguna vez una atracción telepática o llamado mental? ¿Quién no ha sentido una sensación extraña, difícil de explicar con palabras o un instinto incontrolable, sin lógica? Muchos de nosotros lo hemos sentido pero no nos pasa por la mente que podría tratarse de telepatía y que otra persona nos está llamando con su mente. Generalmente sucede que ese hecho no podemos registrarlo con una mente racional, debido a que no estamos entrenados para ello. En otros casos, una situación desconocida de pronto nos resulta familiar, ya que  hemos creído saber lo que otra persona está pensando.   ¿Podemos entender estas experiencias como una efectiva interrelación de una perfecta comunicación mental entre dos personas? De ser así, ¿qué papel ejerce en esto la mente? Hay que destacar que no podemos hablar de la mente sin explorar las funciones del cerebro humano, el cual está compuesto por dos hemisferios unidos entre sí que desarrollan funciones diferentes. El izquierdo está relacionado con el pensamiento racional y analítico y nos conecta con la realidad exterior; mientras que el hemisferio derecho rige lo artístico e intuitivo y nos comunica con la realidad interior. De modo que, si entendemos la mente como una función cerebral podemos decir que ésta nos permite recibir sensaciones externas y manifestar nuestra realidad interna. En este sentido, diversos experimentos e investigaciones demuestran que el ser humano puede generar comunicación mental con otras personas, gracias a sus diferentes tipos de energía. Este es el “fenómeno” que se conoce como telepatía espontánea, relacionada íntimamente con la unión afectiva que mantienen dos personas conectadas quienes atraen un tipo de "energía amorosa", la cual facilita la transmisión recíproca de pensamientos. La palabra telepatía procede de los vocablos griegos tele (lejos), y patheia (sensación). Según los diccionarios, la telepatía es la coincidencia de pensamientos o sensaciones entre dos personas, sin que intervenga ninguno de los sentidos. Asimismo, es la trasmisión de contenidos psíquicos entre personas, sin mediación de agentes físicos conocidos. Otra definición establece que telepatía es la capacidad mental de los humanos de comunicar información de una mente a otra, sin usar el habla o el lenguaje corporal. En todo caso, hasta ahora se trata de una comunicación de origen desconocido, la que es también considerada como una forma de percepción extrasensorial y se relaciona a menudo con diversos fenómenos paranormales como la precognición y la clarividencia. De acuerdo a algunos científicos, la transmisión de pensamiento de una mente a otra es posible sin importar la distancia entre un cerebro y el otro. Se han realizado experimentos en los cuales se han transmitido pensamientos desde el espacio, con resultados sorprendentes para ambas personas (emisor y receptor). No obstante, la existencia de la telepatía no es aceptada por la mayoría de la comunidad científica, pues argumenta que las magnitudes de energía que el cerebro humano produce resultan insuficientes para permitir la transmisión de información. Por su parte, otros científicos sostienen que nuestros pensamientos tienen una frecuencia determinada o rango de longitud de onda similar a las frecuencias de radio y que dicha frecuencia puede ser medida, por lo que es muy simple de evaluar y ser trasmitida.
Hasta ahora no se sabe qué mecanismos actúan en nuestra mente para que fenómenos como este sucedan, algunas veces de forma totalmente consciente.  A muchos nos ha ocurrido que hemos pensado en alguien lejano y, en cuestión de segundos, esa persona nos llama por teléfono. Otras veces, hemos deseado comer algo en especial y, cuando llegamos a casa, nuestra esposa o esposo nos tiene preparada esa comida. ¿No es esto acaso telepatía o trasmisión de pensamientos? Debido a los cada vez más numerosos casos de telepatía espontánea que se vienen sucediendo en el mundo, muchas universidades se han dedicado a su investigación. Una de ellas, la Universidad de Southampton, institución que ocupa el primer puesto en el Reino Unido en lo que respecta a los estudios de Ingeniería General, Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Electrónica., llevó a cabo un estudio bajo la dirección del doctor Christopher James, del Instituto para la Investigación del Sonido y Vibración, a fin de ampliar los límites actuales de la tecnología y demostrar que este tipo de comunicación es posible. En tal ocasión se logró la comunicación de persona a persona con la ayuda de electrodos, una computadora y una conexión a Internet. “Y es que la telepatía es una capacidad con la cual todos nacemos, pero no se desarrolla conscientemente. Sin embargo, nos conectamos con los demás sin darnos cuenta todo el tiempo”, manifestó James.    Hoy, todavía, las ideas se comunican por medio de la palabra hablada o escrita. Sin embargo, la humanidad está acercándose rápidamente a la fase en que la telepatía va a desempeñar un mayor papel en la comunicación humana y se profetiza que nuestro actual sistema será reemplazado gradualmente por el uso de la telepatía. Esta condición llevará tiempo para ser utilizada masivamente. Pero, entretanto, puede considerarse el desarrollo de la radio y la televisión como un indicador preliminar y simbólico de lo que todavía ha de venir. Esta será la siguiente faceta que el ser humano debe presentar como una opción del progreso de sus posibilidades: lo concerniente a la nueva ciencia de comunicación telepática en forma grupal. En todo caso, el trabajo de los comunicadores telepáticos será uno de los más importantes de la era venidera. Pero hasta ahora, tal y como ha sucedido con los grandes inventos y descubrimientos, la telepatía cuenta con muchos detractores y defensores. Más, es difícil asumir posiciones escépticas frente a los planteamientos referidos a su existencia.
Otro de los experimentos más conocidos acerca de la telepatía son los de Joseph Banks Rhine y sus asociados en la Universidad de Duke, que comenzaron en 1927 usando los distintivos Naipes ESP, de Karl Zener, que incorporaron protocolos por demás rigurosos. Estos experimentos fueron publicados por Rhine en su libro Percepción extrasensorial. Otro libro sobre la telepatía,  Mental Radio, fue publicado en 1930 por el ganador del premio Pulitzer, Upton Sinclair, con prólogo de Albert Einstein. Según los investigadores de la telepatía, determinadas personas nacen con los sentidos más desarrollados que los de sus coetáneos, por lo que pueden oír o ver, sin darse cuenta, más allá de lo normal. En cuanto a “leer” los mensajes emitidos por otra mente, son muchos los casos en situaciones en que un familiar o amigo al que estábamos muy unidos ha muerto y caemos en un estado de depresión o tristeza, sin aún conocer la lamentable noticia. En otros casos, al afectado no le sorprende en absoluto la noticia de una muerte, puesto que su mente ya la había percibido. Muchas veces se ha atribuido también una falsa telepatía a lo que sólo es una híper agudeza sensitiva. Las primeras noticias acerca de este fenómeno, relativo a la teoría de que existen más de cinco sentidos se produjo a raíz de una visita del catedrático de Física, William Barrett, a un amigo suyo, quien le relató el caso de un niño que podía sentir y saborear cosas que era imposible que pudiera conocer. De este modo, ambos llegaron a la conclusión que el niño podía "leer" sensaciones y pensamientos que no eran suyos. En ese entonces, en el año 1876 la teoría fue expuesta ante la comunidad científica la cual la acogió con escepticismo. Posteriormente, en 1882, el investigador F. W. H. Myers, bautizó este "nuevo" fenómeno con el nombre con el que hoy lo conocemos, definiendo así a la telepatía: "Es la comunicación de impresiones de cualquier tipo de una mente a otra que se realiza con independencia de las vías sensoriales comunes". Años después, algunos científicos  preguntaron si estaba demostrado el hecho de a telepatía y los estudiosos de la misma contestaron: “En los últimos treinta o cuarenta años, esta materia ha sido estudiada críticamente. Se han recogido un gran número de hechos, especialmente por parte de la Sociedad de Investigación Síquica, fundada en 1882 siendo publicados en la obra Fantasmas de los Vivientes, los procedimientos de la sociedad y muchos otros trabajos. En Francia, los Annales des Sciences Psychiques también registran numerosos casos, por lo que ya existe literatura sobre la materia. Sin embargo, el hecho de la telepatía no es aún universalmente aceptado como estrictamente demostrado. Hay tantas dificultades que enfrentar, tantas causas de error que evitar y tantos obstáculos que superar, que los resultados obtenidos hasta ahora no son vistos por todos como suficientes para dar certidumbre científica del hecho”. Vale decir que la presente imposibilidad de dar una explicación científica no es prueba de que no hay explicación científica. Lo inexplicado no debe ser identificado con lo inexplicable y la extraña y extraordinaria naturaleza de un hecho no es justificación para atribuirlo a poderes sobrenaturales. Por ello, el principio admitido por  los científicos, filósofos y teólogos es que el hecho debe ser visto como natural hasta que se pruebe lo contrario. Los esfuerzos por darle una explicación científica descansan en bases psicológicas y, más allá de toda duda, se requieren experimentos ulteriores, tanto para demostrar el hecho mismo como para determinar sus condiciones psicológicas y físicas. Hasta que esto no se realice, cualquier teoría es prematura. Sin embargo, el interés despertado en muchos investigadores hace tiempo comenzó a dar sus frutos. Uno de los primeros casos probados y famosos fue el del pastor John Warburton, canónigo inglés quien en una ocasión llegó a casa de su hermano en Londres a pasar unos días, y al encontrar que estaba ausente, vio en la sala una nota que decía: “Fui a  un baile. Regresaré tarde”. Cansado, Warburton  se sentó a descansar y se quedó dormido, soñando que su hermano tropezaba en el baile con unas escaleras y casi se mataba. Luego, cuando su hermano retornó a la casa, lo hizo magullado debido a una caída que había sufrido en las escaleras de la casa donde se realizaba la fiesta.
Otro tipo de telepatía serían los "sueños compartidos", que suelen ocurrir sobre todo entre miembros de una misma familia, mayoritariamente hermanos y mucho más si son gemelos. En estos extraños casos, los protagonistas comparten una misma experiencia onírica o al menos sorprendentemente similar y en el mismo espacio de tiempo. Además de esta transmisión telepática espontánea que se da entre dos personas, los estudios de la transmisión del pensamiento muestran que existe una variante que se llama energía de enlace, que es un juego de energías de contacto donde las mentes de un emisor y un receptor no tienen una relación previa. El receptor puede incorporar esa información a su inconsciente y trasformarla en diversas formas (sueños, símbolos, alteraciones nerviosas, etc.). Esta explicación puede ser la respuesta de aquellas extrañas situaciones que nos hacen preguntamos: "¿Esto que está sucediendo ahora, ya lo viví o lo soñé? La respuesta puede ser: una información revelada; una aproximación mental (más poderosa que la corporal), o un llamado, trasmitido por otra mente en contacto con uno. En algunos casos también se ha atribuido a un fenómeno de telepatía a lo que sólo es una híper-agudeza sensitiva. Quienes se han adentrado en su investigación sostienen en que determinados seres humanos han nacido con los sentidos más desarrollados que otros, por lo que pueden oír o ver cosas más allá de lo normal. En el caso de las comunicaciones espontáneas, hasta donde se puede saber, el agente no tiene intención de manifestarse ante el perceptor. En este tipo de comunicaciones están incluidos anuncios de peligro, enfermedad, aflicción o muerte de alguna persona, por lo general de un amigo o familiar y, hasta la aparición del fantasma de la persona, sobre todo en el momento de su muerte. A veces consisten en un mero acontecimiento físico coincidente con la muerte, tales como un ruido, la caída de algún objeto, etc. Y en ciertos momentos son percibidos por sentimientos de agitación e inquietud o la repentina idea de lo que está ocurriendo cruza como flashes por su mente. Finalmente, en ocasiones, ya sea despierto o dormido, el sujeto ve apariciones e incluso escenas enteras en todos sus detalles. La telepatía influye en nuestra vida diaria y no hacen falta capacidades extraordinarias para que ello suceda. A pesar de la tradicional reticencia de la ciencia, la evidencia práctica y los hechos han confirmado su existencia, aunque, como debe ser, aún se buscan explicaciones sobre la base de su funcionamiento; y es tan frecuente en la vida del hombre que hasta algunos autores anglosajones señalan que existen casos de telepatía con animales, es decir, trasmisión de mensajes telepáticos entre hombre y animal, o entre animal y hombre: “En las tribus era muy común que los indios americanos se comunicaran con sus hermanos menores”.  Hoy día vemos que cuando llega el amo a casa, su mascota "siente" la llegada y se alegra moviendo su cola, pues el amo ya está por llegar… Lo mismo sucede cuando el amo está enfermo o profundamente afligido. Entonces el animal gime demostrando su dolor. En cuanto al ser humano se refiere ¿No es acaso ésta una forma de telepatía sin que en ella intervenga ninguno de los cinco sentidos? Y aunque de hecho es todavía un enigma, no por ello, deja de ser algo mucho más común de lo que la mayoría imagina. Según Robert Amadou, uno de los escritores más conocidos de Francia, autor de conocidas obras de la parapsicología y lo esotérico: "La telepatía es más frecuente entre parientes y amigos que entre personas que no se conocen y en este sentido lo que importa es la armonía. No es posible imponer el pensamiento por la fuerza sino por la simpatía, la indiferencia es inhibidora; la afectividad es lo que rige la armonía telepática". Por su parte, J. B. Rhine   (1895/1980), pionero de la parapsicología, fundador del Laboratorio de Parapsicología en la Universidad de Duke, la revista sobre parapsicología Journal of Parapsychology y la Foundation for Research on the Nature of Man, quien es reconocido como uno de los investigadores que más ha estudiado este tema, dio a conocer un insólito caso de telepatía espontánea que demuestra la existencia de una facultad psíquica que permite captar cualquier tipo de contenido conceptual y emocional de otro individuo: "Un hombre iba conduciendo su automóvil cuando, de pronto, sintió en el pecho un dolor tan violento que se imaginó que iba a morir. Por una acción refleja salvadora logró detener el auto e inesperada y sorpresivamente, el dolor desapareció casi inmediatamente. Impactado, regresó a su casa y decidió llamar por teléfono a su médico para  consultarle. En ese preciso momento, cuando se dirigía a tomar el auricular, sonó el teléfono y le comunicaron que en el mismo instante que había sentido aquel dolor, su hijo moría en la carretera, en un accidente de automóvil, aplastando su pecho contra el volante". De acuerdo a este relato, observamos que la percepción de cualquier acontecimiento relacionado con alguien o la captación del pensamiento de alguna persona para que suceda en nuestras vidas, no hace falta tener ningún poder paranormal, puesto que una de sus características es que resulta casi siempre un hecho no previsto, espontáneo y del que es ajena nuestra voluntad. Por ello, es estúpido negar que todos, alguna vez hemos experimentado lo que llamamos telepatía: cuando repentinamente recordamos a alguien y recibimos carta suya o toca al timbre de nuestra residencia; cuando hemos deseado que una persona se dé vuelta para mirarnos y lo conseguimos; cuando llamamos y el teléfono suena ocupado porque esa persona, a su vez, nos está llamando, pero, normalmente, a casos como estos no les damos más que un valor anecdótico y decimos que han sido producto de la casualidad.
Según Carl Gustav Jung, célebre psiquiatra y psicólogo suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis; fundador de la escuela de psicología analítica, también llamada psicología de los complejos y psicología profunda; quien fuera colaborador de Sigmund Freud y uno de los estudiosos de esta disciplina más ampliamente leídos en el siglo veinte, “la creencia en la telepatía es tan antigua como el hombre. La autenticidad del fenómeno de la telepatía no puede ponerse más en duda. He podido comprobar, por experiencia propia, que como se ha dicho ya en tiempos antiguos, la telepatía influye realmente en los sueños. Lógicamente, no diré que la ley que subyace en este fenómeno sea algo sobrenatural sino, simplemente, algo que no podemos esclarecer en el estado actual de nuestro conocimiento. Telepatía, lectura del pensamiento, transferencia de ideas, lectura de la mente... todos estos términos o expresiones significan la capacidad de impresionar la mente de otro individuo con un pensamiento o unas ideas definidas, sin pasar por el camino de los sentidos. Pero lo mismo da si las personas que se comunican están a unos pasos de distancia o en puntos opuestos del planeta, siempre que el pensamiento de una pase a la otra cumpliendo dos condiciones: enviar sólo con la mente, recibir sólo con la mente”. Complementando lo manifestado por Jung, otros autores sostienen que todos los seres humanos tenemos una parte dormida del cerebro que no utilizamos por el simple hecho de no saber que existe. Lo mismo sucede con nuestros sentidos. Todos los días vemos, olemos, sentimos, oímos, tocamos y degustamos por costumbre, sin detenernos a pensar que en esas actividades se encuentra una capacidad ancestral de nuestra especie, y sin saber que este limite - los cinco sentidos - es totalmente arbitrario porque existe algo que se llama ultra sentido o ultra consciente, que tiene que ver con aquello que usualmente se ha denominado sexto sentido. De tal forma, todo es pensamiento y todo lo pensamos. Y lo que es más importante, todo lo que podemos pensar, lo podemos aprender. Para poder despertar esa parte dormida de nuestro cerebro, solo se necesita aprender y es la telepatía uno de los medios para lograrlo.  Según los expertos existen tres tipos de telepatía. La primera, llamada de plexo solar a plexo,  que es la que se produce en un nivel únicamente emocional, siendo el tipo más elemental de telepatía. La segunda es la que se establece entre mente y mente sin ningún tipo de condicionamiento emocional y parte más de la voluntad de quien la emite. La tercera es la llamada telepatía entre almas y está considerada como el grado más alto de este tipo de comunicación. Pero, si esto es así, ¿Por qué entonces todos no nos comunicamos telepáticamente? Esto se debe a que no todos estamos en el mismo grado de desarrollo, porque la evolución no es igual en todos los miembros de una especie. El pensamiento no es más que energía más allá de lo físico, y, al igual que el universo, esa energía está en expansión. La transmisión de pensamientos es muy similar a lo que conocemos como radio, es decir, por longitud de onda, sólo que en el caso de la telepatía no se utilizan instrumentos materiales. He aquí otro de los casos de telepatía registrado por Amadou, publicado en su libro La parapsicología, para ilustrar mejor un caso de telepatía espontánea: “Arrancado desde lo más profundo de su sueño, el hombre se incorporó en el lecho y encendió una luz. Sentía una angustiosa sensación que le oprimía... Parecía estar oyendo la voz de su padre. No era nada exterior, nada que llegase a sus oídos. Pero lo oía mentalmente, como habría de descubrir después. La voz de su padre le rogaba que fuese a su escritorio y buscase en el cajón central sus notas de viaje y se pusiese en contacto con él. No tenía dudas del mensaje. Lo había recibido claramente. Y a continuación la voz se cortó. El hombre se levantó rápidamente. Buscó en su escritorio y encontró el itinerario que su padre acostumbraba dejar cada vez que viajaba. Leyéndolo con ansiedad, advirtió que en aquellos momentos su padre debería encontrarse en un determinado hotel. Siguiendo un impulso anormal en él, pidió comunicación telefónica con dicho hotel, desde allí se le contestó que su padre había sufrido minutos antes un ataque cardíaco y que se estado era grave. El gerente, aunque sorprendido por la oportuna y rara llamada, le participó su alivio, ya que estaba preocupado por no saber a quién ni a dónde comunicar el estado de salud de su cliente, que dada la circunstancia, podía resultar mortal, y en efecto, el enfermo sólo pudo sobrevivir unas pocas horas después de aquella llamada telefónica”.
Los mejores momentos para recibir una comunicación telepática son al estar sumido en ese estado especial de semi inconsciencia que precede al despertar y que podemos llamar sopor, o bien, el instante en que se empieza a conciliar el sueño, cuando se produce una disminución de la conciencia. Como hemos señalado, en la telepatía ocurre transferencia de información de una mente hacia otra sin que se halle presente un canal conocido de comunicación.  Según esto los sueños telepáticos son aquellos en que se da una transferencia del contenido de los sueños, intercambio de ideas, imágenes o contacto mientras se sueña.  Estos sueños proveen acceso a información que de otro modo no tendríamos.  Veamos seguidamente un sueño telepático que salvó la vida de un hombre: Un día de 1980, en una comisaría de Barcelona, una mujer de 81 años solicitaba ayuda. Muerta de miedo y con palabras casi incoherentes contaba al funcionario de turno cómo había visto, en sueños, la cara de su vecino Rafael Pérez "contraída de terror", a la vez que oía, también en sueños, una voz que decía: "Nos van a matar". El policía pensó que se trataba de una pesadilla pero quedó intrigado por el hecho de que la señora Casas le comentó también que no veía al señor Pérez desde hacia varios días, cuando normalmente su vecino iba a visitarla todos los días. Fuera de lo habitual entre ellos, esta vez el vecino le había escrito una nota comunicándole que se iba por un tiempo. La policía sólo tenía una duda: ¿Por qué Pérez no se lo había dicho personalmente? Por suerte para este hombre la policía decidió investigar y como resultado de ello encontró al señor Pérez atado en un cobertizo de la azotea del edificio. Él contó que dos hombres habían entrado en su departamento, obligándolo a firmar 28 cheques para ir retirando del banco sus ahorros. Los individuos, que evidentemente conocían la estrecha amistad de la señora Casas con el señor Pérez, para evitar sospechas lo obligaron a escribir la nota mencionando su ausencia. Finalmente lo ataron y lo dejaron donde fue encontrado por la policía, no sin antes decirle que volverían para matarlo. Afortunadamente, la anciana captó los pensamientos de su amigo a través de un sueño y esto le salvó la vida. Un caso especial de sueño telepático es el de los sueños mutuos.  En este tipo de sueño dos o más personas tienen el mismo sueño.  En muchas ocasiones las personas se encuentran en el sueño y llevan a cabo en conjunto alguna actividad.  Lo que les da su carácter extraordinario a estos sueños es que posteriormente se da una situación en la que la imagen que se presentó en el sueño se presenta estando despiertas las personas. La telepatía parece existir no sólo entre los seres humanos y algunos animales, sino también, aunque resulte difícil de aceptar, entre los seres vegetales.   En 1969, el doctor Cleve Backster, que trabajaba para la policía metropolitana de Nueva York, realizó  diversas experiencias con plantas, utilizando un polígrafo o detector de mentiras de manera accidental, casi por juego. Fijó los cables del aparato al tallo de una planta. Pensó entonces en aplicar un fósforo en la planta, para ver qué sucedía. En ese preciso instante, la aguja del polígrafo se puso a girar de un lado a otro, como alocada. ¿Había adivinado la planta la intención de Backster?   En las siguientes semanas, Backster llevó a cabo otras pruebas intentando demostrar que existe un sentido telepático en las plantas, entre ellas la de dejar caer unos cangrejos en agua hirviendo. En el momento de morir los crustáceos en medio de un gran sufrimiento, un polígrafo hipersensible conectado a unas plantas situadas en una habitación contigua reveló que éstas se agitaron frenéticamente. En 1982  David Rhoades, biólogo de la Universidad de Washington, descubrió que cuando un árbol de sauce era atacado por cierta especie de oruga, sus vecinos de la misma familia secretaban al instante una sustancia que bloqueaba el crecimiento de los insectos. ¿Acaso se  comunican los árboles entre sí? En este sentido, investigadores de varios departamentos de Agricultura han afirmado que algunos vegetales emiten ultrasonidos inaudibles al oído humano, los cuales pudieran alertar a seres de su misma especie,  lo que podría calificarse como un caso específico de telepatía vegetal.
En cuanto a la posibilidad de que exista también la telepatía animal, estudiando más de 3000 casos con la colaboración de instituciones científicas serias, Rupert Sheldrake, conocido biólogo inglés (PhD en biología, de Cambridge), doctor en bioquímica e investigador de las facultades inexplicadas de los animales; pudo comprobar, que los animales tienen capacidades que los seres humanos hemos perdido.  De igual forma, a la luz de la física cuántica, que está abriendo el camino hacia una visión más amplia de la naturaleza, Sheldrake desarrolló la hipótesis de la existencia en la naturaleza de los campos mórficos. “Al igual que los campos conocidos de la física, los campos mórficos conectan personas y animales a distancia, y a diferencia de los primeros, estos últimos evolucionan de generación en generación y tienen memoria. El proceso por el cual esta memoria se transfiere del pasado al presente, lo denomina resonancia mórfica e implica una influencia de lo semejante sobre lo semejante a través del espacio y el tiempo.  Los campos mórficos vinculan los miembros de un grupo social entre si y el campo abarca en su seno a todos. Si un miembro del grupo se desplaza a un lugar lejano, sigue conectado con el resto, gracias al campo social que es elástico.  Las misteriosas capacidades perceptivas de los animales no son ninguna novedad. Hace siglos que se vienen observando y millones de dueños de animales domésticos lo siguen experimentando personalmente”. Para investigar sobre la telepatía Shaldrake analiza la capacidad de algunos perros, gatos y otros animales para saber cuándo sus amos están camino a casa. “Las anticipaciones que los animales realizan del regreso de las personas, resultan inexplicables en términos de hábito, señales de la gente de la casa, audición de la aproximación de coches cuyo ruido les es familiar ú olfato; observando que de alguna manera, las personas comunican telepáticamente su intención de volver a casa”. El investigador ha estado estudiando estos fenómenos en animales con el objeto de determinar si son producidos por efectos puramente físicos o de tipo paranormal y además averiguar si los humanos poseemos capacidades evolutivas similares pero, de alguna manera, recesivas. “Supongamos por un momento que los fenómenos paranormales son reales, nos vemos obligados a hacer algunas distinciones. En primer lugar, decidir si la telepatía, precognición y telekinesis, etc. son fenómenos cognoscibles o incognoscibles“. ¿Qué significa que algo sea cognoscible? “Significa que es factible investigarlo desde un punto de vista científico porque en definitiva es un fenómeno físico medible y cuantificable, esto no implica que sea sencillo de explicar sino que la explicación existe. Algo incognoscible, en cambio, es algo que por definición no es producido por una interacción física y por lo tanto no es analizable desde un punto de vista experimental. Por ejemplo, la existencia del alma es una de las piedras angulares de muchas religiones y según recuerdo, en el pasado hubo estudiosos que pretendían “pesar” el alma poniendo en una balanza a un moribundo y manteniéndolo allí hasta que se produjera la muerte, la diferencia de peso (de haberla) sería el peso del alma”. A nivel científico ¿podría definir la telepatía con palabras sencillas?  “La telepatía es la emisión y canalización de ondas mentales. Estas no sólo trasmiten ideas sino también emociones y sentimientos, de tal manera que la comunicación termina siendo integral, llegando a sentir y a conocer vibratoriamente al emisor, porque es la forma más sencilla de trascender la barrera de los idiomas y de los esquemas culturales”. ¿Qué busca la ciencia con llegar a determinar su existencia? “Busca establecer nexos profundos de unión entre los seres de diversas civilizaciones y dimensiones, sin necesidad de emplear idioma o signo alguno”. Al respecto debe señalarse que el ejército estadounidense ha destinado cuatro millones de dólares para el desarrollo de un sistema de interconexión entre el cerebro y el ordenador, que permita que las personas se comuniquen sólo con el pensamiento.  Este sistema de “telepatía sintética” estará basado en la combinación de la técnica de la electroencefalografía (para registrar la actividad cerebral vinculada a un determinado “mensaje”) y de un receptor informático, capaz de traducir la actividad cerebral registrada a lenguaje corriente. Aunque aún queda mucho trabajo por delante, sus aplicaciones superarán sin duda el terreno de lo militar. Los expertos señalan que el sistema podría llegar a convertirse en una “nueva forma de comunicación”. El pasado verano, la Universidad de California, en Irvine, publicaba un comunicado, en el que se informaba de la concesión a científicos de dicha universidad de una donación de cuatro millones de dólares para el desarrollo de la llamada “telepatía sintética”. La investigación pretende culminar en un sistema de comunicación que beneficiará a los soldados en el campo de batalla, a enfermos de parálisis o a personas que hayan sufrido un infarto cerebral, señaló el investigador Michael D’Zmura, presidente del departamento de ciencias cognitivas de la UCI.  “El objetivo es fabricar un sistema de interconexión entre el cerebro y el ordenador, que aplicará una tecnología no invasiva de registro de imágenes del cerebro denominada electroencefalografía, que consiste en una exploración neurofisiológica basada en el registro de la actividad bioeléctrica cerebral.  Si todo sale bien, este sistema permitirá que las personas se comuniquen entre ellas usando sólo los pensamientos, sin articular palabra alguna.
Coincidiendo con el ejército norteamericano, la NASA también está dedicada desde hace varios años a investigaciones para que los astronautas puedan comunicarse sin necesidad de emitir sonido. Y es que, dentro del traje espacial su voz se distorsiona, hablar en silencio es la única manera de evitar que el sonido se deforme. En este caso, los expertos de la NASA se han valido de unos electrodos situados en el cuello de los usuarios para captar las señales que el cerebro envía al aparato fonador cuando quiere hablar. “Así, los electrodos, las técnicas de encefalograma, computadoras, etc., podrán contribuir a participar en el pensamiento humano y a crear una nueva forma de comunicación mental”. La posibilidad de la comunicación mediante el pensamiento no es nueva. La humanidad está acercándose a la fase en que la telepatía va a desempeñar un papel importante en la comunicación humana y se profetiza que nuestro sistema presente será reemplazado gradualmente por el uso de la telepatía. Pero hasta ahora, tal y como ha sucedido con los grandes inventos y descubrimientos, la telepatía cuenta con muchos detractores y defensores. Mas, es difícil asumir posiciones escépticas frente a los planteamientos referidos a su existencia.  

El Tarot: ¿ciencia, fraude o creencia?

Para los que creen que la ciencia puede explicar todos los sucesos naturales a través de causa y efecto, la idea de una dimensión espiritual en el universo puede parecer inconcebible. Limitada a unas rigurosas leyes matemáticas y a una determinante visión de la realidad, la ciencia toma la habilidad intuitiva, el Yo Superior, o el mundo espiritual como superstición o falsa creencia. Sin embargo, el hecho de que la espiritualidad esté fuera del alcance de la ciencia, no la excluye de jugar un papel importante en la vida de las personas, porque al otro lado de la ciencia, en un lugar oscuro se ocultan muchas cosas, consideradas como misteriosas, enigmáticas, inexplicables o incomprensibles para la mente humana, debido a que simplemente parecieran no tener respuestas, porque si tuvieran respuestas ya no estarían al otro lado, convirtiéndose en ciencia, es decir, en el conjunto de conocimientos obtenidos mediante la observación, el razonamiento y la comprobación, sistemáticamente estructurados y de los que se deducen principios y leyes generales. Uno de esos enigmas o misterios es el relativo a la existencia del Tarot, grupo de cartas destinadas a intentar vaticinar el futuro mediante la contestación a la pregunta que se formule. El Tarot tiene un pasado místico y misterioso y aún no se conoce con certeza su procedencia, ya que su creación está rodeada de misterio. Al respecto, algunos datan su origen en la época egipcia; otros afirman que procede de Oriente; y otros en cambio sostienen que fue en la Edad Media cuando se conoció. En el antiguo Egipto, el origen de estos naipes proviene de una derivación del famoso Libro de Thoth o libro sagrado, cuyo origen se cree fue realizado en hojas de oro y dictado por Thoth, el Dios Egipcio que era el encargado de la magia, las ciencias y las matemáticas, conocedor del pasado, del presente y del futuro. A este Dios se le adjudica, además, la invención de los números y de la escritura en grabados, puesto que poseía todo el respeto de los gobernantes y la adoración del pueblo, que le consideraba el Dios que manejaba la vida y el destino de todos. De este modo, la existencia del Tarot se remonta a miles de años, desde el Antiguo Egipto o, tal vez, incluso antes. No obstante, su primer uso conocido data de la Edad Media: en aquellos tiempos turbulentos, sus imágenes se utilizaron a modo de códigos para transmitir las enseñanzas de las Escuelas de Misterio Medievales. Se atribuye a los alquimistas más remotos y estudiosos de la Cábala, la distribución del Tarot como arte sacro y símbolo del ocultismo. Son muchos los estudiosos del tema que han intentado hallar su procedencia exacta, pero, en lo único que están de acuerdo, es en el origen egipcio de las láminas; de ahí que se hable tanto sobre el Tarot egipcio como el más auténtico de los mazos que existe.
Debido a que el Tarot es uno de los juegos de cartas más antiguo del mundo y una de las artes adivinatorias más conocidas, se han formado numerosos mitos y leyendas acerca de su existencia y acerca del misterio que encierran sus 78 naipes, 22 arcanos mayores y 56 arcanos menores. Debemos señalar que la palabra Arcano viene de Arca y se refiere a un profundo secreto, y, según los entendidos, cada uno de ellos equivaldría a una llave de la revelación. En cuanto a su verdadero origen, el dato más fiable aparece en la cultura Sumeria en el periodo dinástico arcaico (2900 - 2334 a. C.), en la ciudad de Ur, donde existía un oráculo formado por tablillas de madera, que era utilizado por los sacerdotes de la época para resolver las dudas de la nación y el futuro que les esperaba. No se sabe cuantas tablillas formaban el oráculo, ni cuales eran las figuras representadas en este. En el antiguo Egipto el Tarot aparece en la avenida de Las Esfinges. Excavada hacia el año 1964, esta avenida une las pirámides de Luxor y Karnak. En ella se hallaron esculpidas en piedra las figuras de algunos Dioses egipcios con símbolos astrológicos, que eran utilizadas por los sacerdotes para ver el futuro del Imperio Egipcio. Ese oráculo era llamado Tar- ro; que significa sendero real. De allí la teoría de algunos estudiosos del Tarot y su actual nombre. Es en la edad Media cuando nacen nuevas explicaciones sobre el posible origen del nombre del Tarot, asociándolo a la Biblia de Enoc. Sin embargo el origen de su nombre sigue siendo todavía un misterio.
Según los tarotistas, en esencia, el Tarot es un medio para la meditación, reflexión, contemplación, análisis de problemas, clarificación de decisiones, estimulación de la intuición, auto-entendimiento, crecimiento espiritual y adivinación. “Las cartas del Tarot nos permiten explorar una dimensión del universo que de otra manera puede ser inaccesible. No son necesariamente predictivas pero a menudo adquieren dicha característica. Siempre ofrecen una visión alternativa y una nueva perspectiva concerniente a los problemas de la vida”. El sistema simbólico del Tarot que costa de 78 cartas: 22 Arcanos Mayores y 56 Arcanos Menores, es una  ininterrumpida cadena de transmisión de sabiduría ancestral transferida de maestro a discípulo, primero de manera oral y luego, de manera escrita. El Tarot llegó al hombre como portador de los misterios de Dios, de la vida humana y del Cosmos. Fundamentalmente fue concebido en escuelas iniciáticas, como un método para transmitir el conocimiento de la relación del hombre con Dios y con el universo. Pero, dado que interpreta las leyes que rigen dicha relación, desde la antigüedad ha sido empleado para conocer pasado, presente y futuro. Sus 22 Arcanos Mayores representan principios universales, estados de evolución, y situaciones características de la existencia humana a lo largo de toda su evolución. Esto incluye, tanto los valores más elevados del hombre, como los aspectos más sombríos de su personalidad. Los naipes del Tarot presentan personajes y claves como La Emperatriz, El Emperador, La Muerte, La Torre, El Diablo, La Luna, El Sol, y otros. Los 56 Arcanos Menores se relacionan con los aspectos más puntuales de la vida, es decir, con los acontecimientos del día a día. Ellos son las cartas de bastos, oros, espadas y copas. La palabra Arcano en el sánscrito es sinónimo de secreto y  es que cada carta el Tarot representa una verdad secreta, oculta en la imagen, sugerida por los símbolos.
Según los ocultistas (sabios, astrólogos y místicos) el Tarot proviene de maestros espirituales que guardaron en las imágenes simbólicas sus conocimientos herméticos. En las escuelas esotéricas y herméticas de occidente, las claves del Tarot han servido como vías de autoconocimiento y ascenso espiritual, ya sea a través de la meditación en ellas o mediante el estudio de sus mensajes y relaciones. Por su parte, Gareth Knight, un estudioso del Tarot, en el portal del Círculo Dorado, afirma: "La tradición de los misterios occidentales toma sus fuentes principales de la sabiduría de las culturas que se asentaron alrededor del Mediterráneo, Europa y medio Oriente. De esta manera obtenemos una fusión de las tradiciones Egipcia, Griega, Celta, Nórdica, Musulmana, Judía y Cristiana. Cada una de éstas es en sí misma un camino hacia el autoconocimiento". Otros estudiosos del Tarot sostienen que es una obra de imaginería nacida en la Edad Media como fusión de varios símbolos y antiguas filosofías: los naibis, la numerología, la cábala y la simbología de la astrología.  La etimología del Tarot es muy controvertida y existen muchas versiones distintas. Unos dicen que proviene del hebreo (que deriva de Théraph = tablas del oráculo judío) o del chino o del griego (que deriva de la palabra eratoi = compañeros) o del árabe (que deriva de la palabra tar = enemigo) o del latín (que deriva de la palabra terere = barajar) o según la Corte de Gobelin (que deriva de la palabra egipcia tar = vía o camino y rog = rey o real). Para otros proviene de la Doctrina de Coth. Según Papus y Guillaume Postel proviene del tetragrama cabalístico de los judíos. Para J.A. Vaillant proviene de los fenicios Ashtaroth, que significa a la diosa madre progenitora de los seres vivos.  Como puede observarse, las conjeturas son muchas y variadas. Posiblemente algunos tengan razón, pero lo que es seguro es que toda la simbología de la que van cargadas estas cartas, proviene de religiones, filosofías y culturas muy antiguas. Este hecho demuestra, que desde tiempos antiguos, los sabios estuvieron interesados en los métodos adivinatorios.
El Tarot es una baraja de naipes que a menudo es usada como supuesto medio de adivinación de hechos presentes, pasados o futuros, por lo que constituiría un tipo de cartomancia. Se dice también que es una herramienta que puede despertar nuestras facultades intuitivas y ponernos en contacto con nuestro mundo interior. La baraja está compuesta por 78 cartas, divididas en Arcanos mayores y Arcanos menores. Las cartas de los Arcanos Mayores, 22 en total, son: El Loco, El Mago, La Sacerdotisa, La Emperatriz, El Emperador, El Sumo Sacerdote, El Enamorado (o Los Enamorados), El Carro, La Justicia, El Ermitaño, La Rueda de la Fortuna, La Fuerza, El Colgado, La Muerte (que aparece sin nombre), La Templanza, El Diablo, La Casa de Dios (La Torre), La Estrella, La Luna, El Sol, El Juicio y,  El Mundo. Esta última es la única que no está numerada (aunque erróneamente sea nombrada como número 22 o el cero. Los Arcanos menores son 56 cartas divididas equitativamente en cuatro palos: espadas, copas, bastos y oros, como en la baraja española, pero con una ligera variación: cartas numeradas del As (1) al diez, más los personajes de la corte: Sota, Reina, Rey y Caballero. El diseño de los naipes es variado, aunque existen diseños clásicos como el del Tarot de Marsella (final del siglo XVII), que ha servido como guía en la elaboración de las figuras y su simbología. Una baraja muy popular es el Rider-Waite-Smith Tarot, (o Rider-Waite o simplemente Rider) ideado en 1910 por Arthur Edward Waite y realizado por su discípula Pamela Colman Smith, impresa por la Rider Company. Otra baraja común es el Book of Thoth Tarot ideado entre el 1938 y el 1942 por el mago inglés Aleister Crowley y realizado por su discípula Frieda Harris; esta baraja fue junta en 1944, en blanco y negro, con El Libro de Thoth que explica la simbología y uso; pero fue editado con sus colores originales solamente en 1977, en Nueva York, por US Games Systems y Samuel Weiser. El Tarot sigue constituyendo un medio de adivinación usado extensivamente en las sociedades desarrolladas, normalmente bajo la forma de consultas personales, telefónicas y hasta por Internet donde el Tarot se sincretiza con otras creencias y tradiciones como la astrología o la numerología. Por citar sólo un ejemplo, en España el esoterismo mueve cientos de millones de euros al año y dentro del mismo el Tarot es el elemento más visible y comercial.  Su lectura se enmarca en la creencia de que las cartas pueden ser usadas para comprender situaciones actuales y futuras del sujeto consultante. Algunos creen que las cartas son guiadas por una fuerza espiritual, mientras otros creen que las cartas los ayudan en introducirse a un inconsciente colectivo. Uno de los métodos más utilizados son las tiradas; entre las más populares se encuentra la tirada de la Cruz Celta. Objetivamente, El Tarot consiste en sacar ciertas cartas que antes han sido revueltas, por lo que resulta evidente que no puede ser posible que dichas cartas digan absolutamente nada acerca de un sujeto desconocido. Sin embargo, la gente creyente en la adivinación mediante el Tarot, confía en que las cartas son "guiadas" por ciertos espíritus o energías de manera que cuando el adivino las saca éstas contienen información acerca de quien pregunta. Por supuesto, no existe ninguna demostración de la veracidad de esto.
Carl Jung fue el primer psicólogo en asignar importancia al simbolismo del Tarot, aunque él no creía en el como medio para adivinar el futuro, ya que sus conocimientos científicos resultaban demasiado avanzados como para creer en la capacidad de averiguar el futuro con sólo tirar ciertas cartas de manera aleatoria. Él veía las cartas del Tarot como representativas de arquetipos: tipos fundamentales de personas o situaciones incrustadas en el subconsciente de todos los seres humanos. La carta del Emperador, por ejemplo, representa la figura del patriarca o del padre. El Tarot representa conceptos y no palabras exactamente, por lo que debe pensarse un poco para comprender su significado, y además, no es lógico. Es sólo otro punto de vista de una situación, es como uno viera su vida desde afuera. Sus cartas representan los principales aspectos de la vida y muestran lo que podemos aprender de nosotros mismos. Cada naipe recibe el nombre de Arcano, que significa misterio, pero es mejor considerarlos como explicaciones: un misterio es algo indescifrable, mientras que una explicación nos permite vivir la vida con un mayor grado de conciencia y, por lo tanto, con mayor capacidad de ser felices. Lo más importante no es lo qué hay en las cartas del Tarot, sino lo que somos capaces de ver en ellas. Según nuestros conocimientos, veremos en los naipes la representación de leyendas, cuentos mitológicos y alusiones a enigmas y sus respectivas explicaciones. El Tarot es una verdadera enciclopedia de símbolos, al mismo tiempo que un profundo estudio del espíritu humano. Juego que viniendo del año mil o antes, es un precursor del psicoanálisis… Es un test proyectivo, lo que quiere decir que los Arcanos tienen mil y una manera de ser interpretados, no son esto o lo otro, sino esto y lo otro y todo lo demás. Vemos en ellos lo que en ese momento somos. Hay un cuento que relata: “Un campesino al que se le desapareció una vaca vio a su vecino con cara de ladrón de vacas, gestos de ladrón de vacas y voz de ladrón de vacas. De pronto, la vaca, que había estado dando un paseo por el monte, regresó al corral. Entonces, el campesino vio a su vecino con cara de hombre honrado, gestos de hombre honrado y voz de hombre honrado”… De este modo, el ser humano se proyecta en cualquier cosa. Es indispensable eludir la idea que estos elementos de apariencia mágica, contienen una verdad determinada: deben ser manipulados con arte. Su valor consiste en las interpretaciones que se les proyectan. El hombre no sabe y quizás nunca llegue a saber cómo fueron las primeras cartas de Tarot. Tampoco sabe de dónde vinieron o quién las creó. Ni siquiera sabe cuántas cartas conformaban una baraja. Aunque esto ha producido frustración en los expertos del Tarot e inspirado innumerables teorías sobre su origen. Como sea que hayan sido creadas, las imágenes del Tarot, al igual que todos los símbolos verdaderos, hacen eco a las expresiones espontáneas del ser desde los manantiales más profundos de su psiquis, pero en definitiva son un misterio y así habrán de permanecer por el tiempo de los tiempos.