La suerte no se compra


Muchas personas recurren a diversas prácticas para lograr la buena suerte, por lo que hoy día no es raro ver en los medios de comunicación numerosas ofertas de pulseras, anillos, talismanes, amuletos, perfumes, y servicios de lectura de cartas de todo tipo, y “limpias espirituales”. Frente a esto, es bueno decir que la suerte no existe como tal, sino que es el resultado del trabajo, el esfuerzo y la perseverancia. Según Jacinto Benavente, "todos creen que tener talento es cuestión de suerte, pero nadie piensa que la suerte puede ser cuestión de talento”. Por su parte, Thomas Edison señalaba: “La buena suerte es 1% de inspiración y 99% de transpiración, o sea, sudar, trabajar. La buena suerte existe pero… hay que salir a buscarla”. Otros personajes exitosos afirman que la buena suerte depende de cada uno de nosotros, y que se consigue trabajando, insistiendo y perseverando. En cierta ocasión, un destacado personaje señaló: “En el único sitio que la palabra éxito esta primero que la palabra trabajo es en el diccionario”. Personalidades a quienes erróneamente se les atribuye buena suerte por haber alcanzado fama y prosperidad sostienen que lo que existe son reglas para alcanzar el éxito. Helas aquí. Primera: “La suerte no dura demasiado porque no depende de uno, mientras que la buena suerte la crea uno mismo, por lo que dura siempre si uno se lo propone”. Un ejemplo: El 90% de gente que se ha ganado el gordo de la lotería, tiempo después, estaba arruinado, o peor que antes o igual que al principio. Generalmente sucede porque los premiados caen en la prepotencia o abandono del destino, puesto que cuando llueven millones, muchos piensan que ya no tienen que seguir trabajando y le dejan todo al azar”. Segunda regla: “Muchos ansían tener buena suerte, pero pocos deciden ir a buscarla”. En 1953 se realizó un estudio en Harvard, donde se entrevistó a un grupo de graduandos, preguntándole cuántos de ellos tenían claro lo que querían hacer para lograr sus metas. El 3% dijo que lo tenía claramente definido, mientras que el 97% expresó que no lo había pensado. Veinte años después se le solicitó al mismo grupo que enumerara lo que había acumulado a escala patrimonial. El 3% que había contestado que sabía lo que tenía que hacer aglutinaba el 98% del valor de todo el grupo. Tercera: “Si ahora no tenemos buena suerte, tal vez sea porque nuestras circunstancias son las de siempre; por lo que es preciso crear nuevas circunstancias”. ¿Cómo crear nuevas circunstancias? El pensamiento positivo las crea. Para salir de nuestras circunstancias tenemos que valorar nuestros errores, superándolos. Los errores son una fuente de enseñanza. Quien no se equivoca no prospera ni progresa. Hay que aprender de los errores para no volver a cometerlos. Cuarta regla: “Si dejamos para mañana la preparación de las circunstancias, la buena suerte quizá nunca llegue. Crearlas requiere dar un primer paso, pero hay que darlo hoy mismo, es decir, no postergar sino perseverar”. Muchas veces deseamos realizar una iniciativa, pero la queremos hacer tan bien que la bloqueamos. Los personajes que han realizado las obras más brillantes desarrollaron una gran cantidad de creaciones, y la cantidad les trajo la calidad y el éxito. Cuando queremos alcanzar una meta tenemos que trabajar intensamente. Un ejemplo: Picasso dijo en una ocasión: "Que la inspiración llegue no depende de mí; lo único que puedo hacer es que, cuando llegue, me encuentre trabajando". De él se conocen sólo siete u ocho cuadros, cuando realizó más de veinte mil dibujos. El trabajo y la inspiración se comportan de modo parecido a la forma en la que llega la buena suerte. Quinta regla: “A los que sólo creen en el azar, crear circunstancias les resulta absurdo, mientras que, a quienes se dedican a crear circunstancias, el azar no les preocupa”. Sexta: La buena suerte no se compra. Desconfía de los vendedores de suerte. Sólo necesitas tener fe y perseverancia en lo que haces para lograr tu sueño. La confianza y la laboriosidad son íntimas amigas de la buena suerte, y la suerte no es más que la habilidad de aprovechar las circunstancias favorables estando preparado para ello.
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