Sorprendentes vínculos mascotas-humanos


Según investigadores del comportamiento animal (etólogos), los animales entienden nuestros diferentes estados de ánimo. “El vínculo emocional es tan grande que permite que muchos entrenadores logren que un animal ejecute órdenes sin siquiera hablarle. Esto ocurre gracias a la existencia de un sentimiento empático muy desarrollado entre el hombre y el animal, puesto que para la mascota nosotros somos sus cuidadores, los alimentamos y les damos cariño y comprensión; de ahí que se sientan agradecidos y lo demuestren con gestos y miradas llenas de ternura”. De acuerdo a investigaciones realizadas en el campo de la etología (parte de la biología que estudia el comportamiento de los animales), se ha demostrado la existencia de conductas anticipatorias en los animales. Rupert Sheldrake, naturista de Harvard, es uno de estos científicos que ha desarrollado tales experimentos. Según él, estas conductas podrían tener relación con capacidades extrasensoriales tales como la telepatía. “Existen casos sorprendentes como el de Jackson, un perro de Virginia, USA, cuya dueña estaba casada con un capitán de barco que pasaba mucho tiempo fuera de casa y cuyas fechas de retorno eran imprevisibles pero, gracias a su mascota, ella sabía cuándo atracaba el barco de su marido en el muelle, pues, increíblemente, el aviso llegaba a través de los continuos ladridos del perro, el cual, nervioso y excitado, salía de la casa y se colocaba en la puerta mirando en dirección al lugar por donde aparecía el auto de su amo”. Según las investigaciones, las conductas observadas establecen una pauta: la mascota comienza a actuar de forma diferente, justo cuando su dueño emprende la vuelta a casa, independientemente de que éste se encuentre en sitios lejanos. “Cuando el dueño del animal emprende su regreso, el animal reacciona justo cuando el auto comienza a andar, mientras que si se trata de un vuelo de varias horas, el estado de alerta de la mascota arranca justo cuando el avión despega. Incluso se han comprobado vínculos post-mortem”. Uno de esos casos fue el de un pastor escocés, en Moscú, cuyo dueño sufrió una enfermedad y, tras convalecer unas semanas, falleció. Durante el velorio, el perro se mantuvo velando su cuerpo y, al parecer, la tristeza le afectó tanto, que ante el asombro de todos se lanzó por la ventana desde el regazo del cadáver, matándose al instante. Otro sorprendente ejemplo de fidelidad lo dio Joe, un hermoso can, cuando su dueña perdió a su marido tras una enfermedad. Un mes después del deceso, Joe se escapó de casa durante varios días, pero la sorpresa se produjo cuando la viuda fue al cementerio y lo encontró sobre la tumba de su esposo. Lo increíble es que Joe no había ido nunca al cementerio. “Vale decir también que no es raro que un gato intente descolgar el teléfono que suena, si es su amo el que llama, o el caso de gatos que han recorrido muchos kilómetros para encontrar a su dueño. Algunos perciben cuando su amo está en peligro o saben cuando va a llegar a casa, incluso, los días que llegan a horas distintas a las habituales”. Otros etólogos afirman que los animales tienen una percepción especial para detectar fantasmas. “En ocasiones se ha observado como perros y gatos se quedan ladrando o aullando mirando fijo a un punto en la nada. Es una especie de sexto sentido que les permite sentir la presencia de seres espectrales, cuya compañía parece no gustarles”. Relacionado con este extraño comportamiento, Marie Andersen, residente en Bostón, señaló: “En una noche tranquila, donde no se oía ningún ruido, de repente nuestro gato echó las orejas hacia atrás. Con las pupilas dilatadas, el pelo erizado, moviendo el rabo y soplando, se quedó mirando fijamente en dirección a nada. Estaba aterrado y en posición de defensa ¿Pero de qué? Tal vez pudo sentir algo no perceptible a nosotros”. Por su parte, el parapsicólogo norteamericano Robert Morris, sostiene que la sensibilidad de los animales hacia los fenómenos paranormales es inquietante. Morris ha utilizado animales como “controles” en varios experimentos. “En una ocasión investigué una casa supuestamente habitada por fantasmas, concretamente una habitación en la que había ocurrido una tragedia. En tal ocasión utilicé un perro, un gato, una rata y una serpiente. Cuando intenté meter al perro, este empezó a gruñir negándose a entrar. Luego llevé en mis brazos al gato. Estando cerca de la puerta saltó inmediatamente sobre mi espalda, luego brincó al suelo y se acercó a una silla, donde se detuvo erizado, bufando, mirándola fijamente hasta que lo sacamos. La serpiente adoptó rápidamente una postura de ataque contra la misma silla. Luego giró lentamente la cabeza hacia la ventana, para luego apartar la vista de ella y adoptar de nuevo la posición de ataque. El único animal que no reaccionó fue la rata. Posteriormente, fuera de la habitación se comportaron normalmente”. Si estos reportes se confirman científicamente, podrían ser utilizados en el futuro como un sistema de alerta para los humanos.
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