A lo largo de la historia han ocurrido muchos desastres con efectos devastadores de grandes proporciones. ¿Por qué los desastres parecen ser cada vez más frecuentes y mortíferos? ¿Por qué la humanidad tiene que sufrir terribles terremotos, huracanes, tifones, tsunamis, vientos, calores, fríos, calentamientos, incendios, y otras calamidades que barren a personas y regiones? ¿Por qué ocurre esto? ¿Acaso se debe al pecado del hombre? Aunque parece haber una respuesta científica, hay otra más allá de la ciencia, porque desde el inicio han ocurrido grandes desastres como el Diluvio Universal y la destrucción de Sodoma y Gomorra, “los cuales se originaron por el incremento de la maldad del hombre debido a su desobediencia y pecado”. En la actualidad también se ha incrementado la maldad, por lo que paralelamente también se han incrementado los desastres naturales, y, según la Biblia, la naturaleza y las fuerzas que ella genera fueron creados para el uso y beneficio del hombre, pero ese derecho implica responsabilidad por cuanto que en la creación se le delegó al hombre la potestad sobre los seres vivientes y sobre toda la Tierra, (Génesis 1:26). ¿Ha pasado lo peor o puede llegar a pasar? “Cuando ocurre un desastre jamás pasa por nuestra mente que cada uno de nosotros es culpable de lo que sucede y de lo que sucederá. En realidad somos los responsables de que en este planeta se susciten este tipo de eventos y es por ello que el karma es una situación de pago”. Cada pequeña cosa que ocurre en el universo tiene una acción y para cada acción hay una reacción. Si es negativa, la negatividad le será devuelta a quien la emitió. Esto ocurre con la gente y con los grupos colectivos (países) que son una sola mente o que están juntos por alguna razón. Quizá se piense que esto no es verdad, pero ante los ataques, la naturaleza ejerce su defensa. Si no es así, ¿Por qué existen países que son más karmáticos que otros? Por ejemplo, los muy pobres como Biafra, La India, y otros paises africanos. Mientras que Bosnia, Israel, e Irak son países guerreros con problemas constantes y han sufrido privaciones y carestías tremendas de alimento y de educación, donde grupos de personas están pagando un karma en dolor, en sufrimiento y en guerras constantes para saldar deudas contraídas en el pasado. Es en definitiva la Ley del Karma que no es otra cosa que la Justicia Divina. El yo interior de cada ser humano es una energía vital única, estrechamente unida a todo el universo porque todo lo que existe está relacionado entre sí y nuestro yo pertenece al Universo Cósmico de la misma manera que una gota de agua pertenece al océano. A medida que vamos aprendiendo y avanzando espiritualmente nos percatamos de esta gran verdad y entendemos que cada persona, en una etapa determinada está viviendo lo que en esa etapa tiene que vivir según todo aquello bueno o malo que haya hecho. No se trata de un castigo de Dios ni de nada injusto sino simplemente de recibir el efecto de una causa.
insolitohz@gmail.com
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