En seguridad y tecnología los alemanes parecen ser campeones al utilizar en los estadios modernos robots con tecnología que reúne la más alta ingeniería de seguridad con una plataforma de desplazamiento acorazada y un alto nivel de calidad, propio de un innovador equipo provisto de sensores ultrasónicos, sensores infrarrojos pasivos, detectores de movimiento, detectores de gases, y una cámara Sony de alta sensibilidad y visión nocturna. Con sensores de huellas dactilares, pueden ver en la oscuridad y detectar incluso, a través de las paredes, el calor humano, movimientos sospechosos de personas, armas radioactivas, humo, explosivos, gases, y agentes químicos y biológicos. Similares a los seres de La Guerra de las Galaxias, los robots Ofro patrullan espacios abiertos, mientras los Mosro lo hacen en espacios cerrados. Miden 1.50 mts; pesan menos que cualquier jugador y su cotización (100.000$ c/u) está por debajo no sólo de las grandes figuras futbolísticas sino de cualquier jugador desconocido; poseen una autonomía de 12 horas sin necesitar pausas para dormir, comer, ir al baño o tomar agua; pero esta carencia de debilidades humanas no es la única ventaja que ofrecen. Están totalmente equipados con detectores que identifican armas atómicas y químicas; y es imposible esconderse de ellos, pues identifican en un rango de 360 grados los contornos gracias a un radar que percibe los movimientos hasta una distancia de 100 metros. Cuando sus baterías comienzan a descargarse acuden a recargarse, siendo sustituidos por otros robots. Como dato curioso, apenas 34 trabajadores se encargan de ellos. Pasado el mundial el gobierno alemán los alquilará por 4.000 dólares mensuales. En este Mundial, donde los alemanes invirtieron 1.400 millones de euros en modernización y construcción de estadios y 2.000 millones en infraestructura, los androides garantizan la tranquilidad a empresas que como Adidas espera facturar 1.200 millones de dólares, producto de la venta de 10 millones de pelotas, l.500.000 camisetas e igual cantidad de zapatillas; y Puma que prevé duplicar su volumen mundial de negocios. Según revistas especializadas, este evento mueve alrededor de 500 mil millones de dólares, altísima cifra cuya protección no podía quedar en las inseguras manos de seres humanos, por lo que los androides son una clara señal de que no habrá distracciones. Los especialistas de Robowatch Technologies, de Berlín, fabrican estos robots que son un hito en el avance electrónico, con carrocería anti-impacto apta para cualquier condición climática, cabeza con termocámara y cámara LCD integradas gira 360° detecta potenciales atacantes incluso, antes de ingresar al terreno; orugas que les permiten sortear obstáculos, siendo muy versátiles en condiciones extremas, operando en rangos de temperaturas que van desde 20 hasta 60° C, sin presentar problemas; dos potentes electromotores que les hacen desplazarse hasta 7 km/h, pero, a 4, son más que precisos, sin verse afectados por condiciones meteorológicas, del terreno o por movimientos no previsibles. La detección inmediata del peligro es su especialidad. A través de ellos, la vigilancia permanente por vídeo y el almacenamiento de información es absoluta. También pueden medir humedad, temperatura, radiación y hasta nivel de nutrición de las plantas. Su información es almacenada y trasmitida vía Internet. Si el juego se interrumpe por causa desconocida, los robots atraviesan digitalmente el césped del estadio, implicando que escáners, sensores de infrarrojo y receptores de ultrasonidos examinan cada brizna de hierba. Detectan el calor que desprende el cuerpo y sus movimientos a 100 mts, y la silueta humana en 360 grados. Además tienen un programa con imagen satelital que determina la ubicación exacta y el tipo de material del obstáculo. De esta forma, el Mundial cuenta con el apoyo y la sofisticación de la tecnología más avanzada del mundo, operando en Berlín 20 robots (13 tipo Mosro y 7 tipo Ofro), y en Frankfurt 10. Cuando termine el Mundial 2006 los androides volverán a las instalaciones de Siemens para trabajar el resto del año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario