El código secreto de la Biblia


La idea de un código oculto en la Biblia no es nueva. Es un concepto central en la Cabala o misticismo judío tradicional y según los maestros cabalísticos, su simple significado no es el verdadero. “Todo está cifrado. Dios utilizó las letras como símbolos que revelarán una verdad mayor cuando sean entendidos. Cada letra y su posición fueron fijadas con un propósito específico y representan apenas dos facetas de las 70 que tiene”. Según los católicos, la Biblia es obra de Dios, quien advirtió: “No debe alterársele ni una sola letra”; haciendo pensar a cabalistas, alquimistas y estudiosos que escondía muchos secretos y, así, al final del siglo XX, un grupo de matemáticos israelíes dirigidos por Eliyahu Rips, descubrió un código a través de un programa informático, siguiendo un método propuesto hace 50 años por el rabino Michoel Weissmandel. "La verdad de lo que era y es, está en el Torah hasta que desaparecen Cielo y Tierra". Yeshua. (Mateo 5:18). Convencido de ello, incluso Isaac Newton (físico-matemático quien descubrió la fuerza de la gravedad y formuló los principios mecánicos del sistema solar), aprendió hebreo y se dedicó a buscarlo infructuosamente. "Y en cuanto a ti, ¡Oh! Daniel, haz secretas las palabras y sella el libro, hasta el tiempo del fin. Muchos pasarán, y el conocimiento se hará abundante" (Daniel 12,4.22). Al código descifrado de la versión original hebrea se le eliminaron los espacios entre palabras, reduciéndolo a una sola de 304.805 letras, basadas en secuencias que revelan sorprendente información (Segunda Guerra Mundial, Guerra del Golfo, asesinato de Kennedy, etc.); la cual fue analizada por especialistas en codificación de la Agencia de Seguridad Norteamericana, el Pentágono, el Servicio Secreto Israelí (Mossad), y escépticos matemáticos no creyentes; quienes comprobaron que sólo en la Biblia se da este fenómeno. Su nivel de acierto de hechos que sucedieron miles de años después que fue escrita, es del 99,99%; e indica nombres, fechas, lugares y otras características, como: “Rabin, asesinato; Amir (asesino del primer ministro israelí); TelAviv 5.756 (Año judío equivalente a 1995/1996); Hitler, malvado enemigo, matanza; Edison, bombilla; Wright, aeroplano; Newton, gravedad; Clinton, jefe”, etc. El Mossad advirtió a Isaac Rabín acerca del destino que le esperaba; pero este hizo caso omiso y la profecía se cumplió. Asimismo, la inesperada dimisión del primer ministro Benjamín Nethanyahu se debió a que el texto predecía su muerte a causa de un atentado. Nethanyahu dimitió, y al poco tiempo se encontró en el código la palabra pospuesto, la cual aparece varias veces en el texto en temas relacionados con el fin del mundo; igual que revela a 2012 como el fin; el mismo año que los mayas profetizaron como el final del mundo. En el Torah, cada 66a letra aparece 7 veces la frase Satan a accuser. En Génesis 1:17, El Dios que crea la luz, y cada 94 caracteres: Velocidad del faro concebida, revelando también: 186.282, la velocidad de la luz exacta por segundo. En el código, aparecen mensajes como: Hitler; armas biológicas y nucleares; Al Qaeda; asesinatos Kennedy y Rabín; Guerra mundial; Holocausto Nuclear, y Fin de los días; 2006 vaticinado, guerra nuclear, asteroides”. Los atentados del 11-S aparecen codificados hace tres mil años. Los relatos son de una precisión impresionante (Hiroshima, llegada hombre Luna, etc.); pero más inquietante es la predicción de un futuro único e inevitable. Robert Aumann, economista y matemático, premio Nobel de economía, señala: “La Biblia oculta un código que refleja el futuro de la humanidad". En marzo de 1996, Aumann comunicó a la Academia de Ciencias de Israel: "El código es un hecho demostrado. No genera dudas. No hay cuenta que no cuadre. Se puede medir en términos estadísticos. El rendimiento más exigente no suele pasar de una probabilidad en un millar. Sus resultados son significativos. No es nada frecuente ver resultados así en la experimentación científica. No ha habido nada igual en siglos de ciencia moderna". Existen dos tipos de personas: los que creen sin ver, y los que necesitan ver para creer. Es posible que Dios haya creado el código para que se descubriera en los últimos tiempos con el desarrollo de la ciencia. Quien no debiera ver no verá, quien debiera seguir dormido no despertará. El que esté apto para el conocimiento no debe quedar marginado del mismo.

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