Según reconocidos psiquiatras, autores de best sellers, “la evidencia científica de la reencarnación está dada por la acumulación de muchas experiencias que se han registrado durante años de investigación”. Aún así, otros terapeutas rechazan tal idea, mientras que los primeros creen en la continuidad de la vida en diferentes cuerpos y que venimos a la Tierra a aprender. Los científicos que practican la terapia de vidas pasadas, llamados Regresionistas o Terapeutas en regresiones, sostienen que tal evidencia viene de la transmisión de información de la vida póstuma, de la Teosofía y de la traducción de textos en sánscrito, señalando que esta psicoterapia abre un nuevo panorama a la comprensión de distintas problemáticas humanas y ayuda a develar la pregunta ¿A qué he venido a esta vida?, “en la cual no estamos por accidente, pues la evolución de cada uno es un evento planeado a fin de que aprendamos las lecciones que tenemos que aprender para vivir de acuerdo a valores nobles y así evolucionar”. La técnica que conduce a la persona a través de una experiencia pasada para tratar de solucionar traumas actuales, es sin duda un tema controversial, puesto que para algunos psiquiatras pretende regresar a las primeras fases del desarrollo cerebral (vida intrauterina, nacimiento e infancia) y a conflictos no resueltos, generados en supuestas vidas pasadas. Entre los regresionistas podemos citar al doctor Ian Stevenson, autor de varios libros, entre los que destaca, 20 casos que hacen pensar en la reencarnación; quien investigó durante 40 años más de 3.500 experiencias de niños que recordaban vidas pasadas. Stevenson, ex jefe de Psiquiatría de la Universidad de Virginia, realizó muchos viajes de investigación (revisando documentos, cartas, registros de hospitales, de autopsias, certificados de nacimiento y defunción, fotografías y periódicos); entrevistando a los niños, familiares, vecinos y demás relacionados, cuyas confirmaciones fueron elevadas. Stevenson sacó de su postura escéptica al sector académico, ya que fue una de las primeras veces que un científico con una reputación establecida en ciencias físicas producía clara evidencia a favor de la reencarnación, siendo apoyado por otros reconocidos científicos como Albert Stunkard, Director del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Pennsylvania; Gertrude Schmeidler, del City College en el City University of New York; y Herbert Ripley, Jefe del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Washington, quienes declararon en favor de su alta credibilidad y estricta adherencia a los métodos científicos: “Somos afortunados en tener a alguien con su habilidad y alta integridad investigando esta controversial área”. Otra colega, Elisabeth Kübler-Ross; autora de trece obras que explican qué sucede cuando dejamos de vivir, investigó durante treinta años las experiencias de personas en el umbral de la muerte. “Al morir, bien sea de manera definitiva o temporal (mientras nos reaniman), suceden varias etapas. En ese momento el sujeto siente unos zumbidos y de pronto sale de su cuerpo. Ve y oye todo lo que sucede a su alrededor, viaja al lugar que quiera o ve a la persona que desee. Si tenía alguna enfermedad, ésta desaparece. No hay dolor porque su cuerpo ha sanado: los ciegos pueden ver y los que le falta algún miembro vuelven a tenerlo. Luego, todo se vuelve oscuro y se reencuentra con diferentes espíritus en un espacio celestial sereno donde nadie manifiesta tener miedo. Allí aparece un túnel desde el que se ve al fondo una luz. Quienes lo han pasado dicen que no se puede definir cómo es esa luz que irradia una gran paz. Si vuelve a la vida con la reanimación médica, ahí finaliza su experiencia”. De igual modo, según el psiquiatra y doctor en psicología y filosofía Raymond Moody, autor de Vida después de la vida y Regresiones, “en ese momento la persona experimenta todas las emociones y sensaciones de sus acciones, aprendiendo que todas tienen consecuencias y entonces entiende el objeto de la vida. En el túnel, con la ayuda de sus guías, se decide si debe regresar o no”. Otro científico, Michael Newton, psicólogo e hipnoterapéuta, autor de Destino de las almas, plantea: “En ese momento nuestros guías y familiares y amigos fallecidos nos esperan para apoyarnos, ya que nuestra adaptación inicial depende de esas entidades que se encuentran en nuestro mismo nivel de desarrollo, pues con ellos solemos reencarnar. Por su parte, Brian Weiss, egresado de las universidades de Columbia y Yale, profesor en la Universidad de Miami y jefe de psiquiatría del Hospital Mount Sinai, autor de varias obras relativas a la reencarnación, entre las que se hallan Muchas vidas, muchos sabios y, Los mensajes de los sabios; señala: “Mientras estamos aquí tenemos un maestro que nos ayuda. Conoce nuestro plan de vida, nos pone las pruebas y nos ayuda a superarlas. Lo conocíamos antes de venir. Después de haber aprendido regresamos varias veces, con la misma gente, en roles diferentes, a saldar deudas. Este no es el único mundo, los espíritus existen en muchas dimensiones. Nadie ha empezado en este planeta que no es el nivel más bajo, pero tampoco el más alto. Existen pruebas médicas e históricas de que la reencarnación es una realidad. Lo he dicho en conferencias que he dado hasta en El Vaticano”. Desde 1955 la Asociación Médica Británica respalda la práctica de la hipnosis en la educación médica universitaria. En 1958 la Asociación Psicológica Americana estableció la hipnosis como especialidad médica. “Seguirás siendo lo que fuiste, aunque tus rostros, como máscaras, deban cambiar para actuar en nuevas vidas. Cuando cumplimos nuestra misión se nos permite abandonar nuestro cuerpo y, llegado el momento, podemos irnos sin dolor, temor o preocupaciones y, libres, regresamos a nuestro hogar”.